Es habitual darle al concepto de «perfeccionismo» unas connotaciones negativas. Las investigaciones actuales no son tan tajantes. Aparentemente todo depende de dónde surge ese perfeccionismo.
«El perfeccionismo puede ser adaptivo o mal adaptivo. Depende de si mira al futuro o al pasado, de si es emocionalmente positivo o negativo, y de si está motivado por un impulso interno o de un empuje externo»
«El perfeccionismo adaptivo es un estándar interno de éxito. El perfeccionismo mal adaptivo es una preocupación externa – preguntándose que pensará el resto de la gente. Es una especie de hábito de pensamiento: «Comité un error allí, alguien descubrirá que no lo hice bien»
Por tanto, está bien un poco de ese perfeccionismo siempre y cuando provenga de los propios deseos internos de buscar la excelencia.